Descubrimiento de América: una calle de Asunción recuerda a la Reina Isabel La Católica, mujer de armas tomar, quien apoyó al navegante Cristóbal Colón en la aventura de confirmar la redondez de la tierra
Continuando con la serie de entregas sobre la nomenclatura de las calles de Asunción y la historia que encierra cada una de esas denominaciones, elaborada por la señora Evanhy de Gallegos, en esta ocasión se darán detalles sobre la calle Isabel La Católica.
Por la Ordenanza 649 de 1942, se denomina con este nombre a la ex calle 16 de Sajonia, que nace en la convergencia de la avenida Dr. Juan León Mallorquín y la calle Mayor José Orihuela al Sur y se desplaza al Norte hasta la calle Tte. Kanonnikoff. Es paralela a las calles Juan Díaz de Solís, al Oeste y al Este De La Conquista.
Isabel La Católica no estaba destinada a ser reina de España, pero la muerte de Enrique IV, el Rey, su hermano paterno y la acusación de ilegitimidad de la hija de éste, además de otras actuaciones debidas a su buen manejo del poder, la llevaron al trono de Castilla.
Datos sobre su vida
Isabel nació el 22 de abril de 1451, hija del Rey Juan II de Castilla y de Isabel de Portugal.
Protagonizó una historia fantástica que favoreció el poderío geopolítico español, en permanente conflicto de intereses con Portugal.
La Ley Sálica, que impedía llegar al reinado a las mujeres, habiendo varones herederos aún de menor edad y la muerte de sus hermanos, el mayor, el Rey Enrique IV y el menor Alfonso, la dejaron en lucha sucesoria con Juana, hija del Rey Enrique IV, sospechada de ilegítima y, como tal, conocida despectivamente como “La Beltraneja”.
El Rey Enrique IV, al que le decían “El impotente”, se había casado en 1440, a la edad de 15 años, con Blanca de Navarra.
En mayo de 1453, 13 años después, su matrimonio fue declarado nulo durante el papado de Nicolás V. La dispensa papal de 1454 atribuyó a “un maleficio” su impotencia sexual, volviéndose a casar el 24 de mayo de 1455. La segunda esposa del rey fue Juana de Portugal, hija del Rey Eduardo.
El 28 de febrero de 1462, siete años después, nació la supuesta hija del matrimonio, a la que el pueblo apodó “La Beltraneja”, acusada de bastardía, ya que se difundió que era realmente hija de Beltrán de la Cueva, secretario y hombre de confianza del rey. Se decía que Enrique IV encontró la solución para terminar con el mote de “El impotente”.
En 1469 Isabel contrajo matrimonio con Fernando, hijo heredero del Rey de Aragón. La pareja debió enfrentar la crítica a su parentesco, ya que eran primos segundos, problema que sólo se podía subsanar con una bula papal.
La historia cuenta que fue un matrimonio que respondió a razones políticas, para evitar caer en poder de Portugal, el cual se realizó a escondidas del rey.
El 5 de septiembre de 1469 partió Fernando de Aragón, disfrazado de comerciante, y contrajo enlace con Isabel el 19 de octubre, en Valladolid y, tal como lo indican los preceptos, el matrimonio fue consumado en la cámara nupcial ante un selecto grupo de testigos.
La historia cuenta que también “hubo amor a primera vista”.
El matrimonio significó para el hermano de Isabel, (el rey), que la desheredara y rehabilitara en su condición de heredera a su discutida hija Juana La Beltraneja, casada nada menos que con el rey de Portugal Alfonso V.
Isabel, apoyada por algunos nobles y los comerciantes, demostró determinación al no esperar a tener la dispensa papal para poder contraer matrimonio con Fernando de Aragón.
Estaba en juego la expansión comercial castellana sobre la costa Atlántica de África, disputada por Portugal.
Fueron ayudados por un obispo, que les falsificó una bula firmada por el Papa Pío II, fallecido cinco años antes.
La solución a la boda prohibida vino del Papa Sixto IV, quién puso fin a la controversia al enviar al cardenal Rodrigo Borgia a resolver el problema y éste, a cambio del ducado de Gandía para uno de sus hijos, redactó la bula de Simancas de 1471, que dio validez religiosa y jurídica al matrimonio de Isabel y Fernando.
Al morir el rey Enrique IV, en 1474, tanto Isabel como Juana La Beltraneja se auto proclamaron reinas de Castilla. Y hubo lucha armada con Portugal hasta 1479, en que por un tratado se reconoció definitivamente a Isabel como Reina de Castilla.
En 1491, los Reyes Isabel y Fernando conquistaron Granada de manos de los musulmanes, después de diez años de lucha.
En 1492, Cristóbal Colón, con la ayuda de los reyes de Castilla y Aragón, llegó a lo que creyó eran las Indias y descubrió América, sumando el Nuevo Mundo a los reinados que ya poseía la pareja.
En 1493, por las bulas Alejandrinas del ex cardenal Borgia, convertido en Papa Alejandro VI, “partió la Mar Océano en dos, para darle a España una buena parte de las tierras descubiertas”, convertida en Línea de Tordesillas.
Por la bula Si Convenit, el Papa Alejandro Borgia, en 1496, concedió a los reyes Isabel I y Fernando II el título de Reyes Católicos.
Isabel fue una madre ejemplar. Era de armas tomar y, cuando iba a la guerra, llevaba consigo a sus cinco hijos. Los dio a luz ante testigos, para evitar las conjeturas maliciosas.
Fue reina de Castilla, reina consorte de Aragón, de Valencia, Mallorca, Nápoles, Sicilia, Cerdeña, condesa consorte de Barcelona y reina del Nuevo Mundo.
Unificó los reinos para España.
Falleció el 26 de noviembre de 1504, a los 53 años.
Treinta y tres años después, los capitanes Juan de Ayolas, Domingo Martínez de Irala y Juan de Salazar, pusieron pie en Paragua í, donde fundaron Asunción.