Una calle de Asunción recuerda al Capitán Juan de Salazar, propietario de la única biblioteca del Fuerte de Asunción, que fundó el 15 de agosto de 1537
Por la Ordenanza Nº 649 de 1942, se denomina Capitán Juan de Salazar la primera paralela al Norte de la avenida España, que se origina en la avenida Artigas, próxima a la calle Brasil, al Oeste y corre al Este hasta la avenida Brasilia, cruzando los barrios Las Mercedes, San Blas y Mariscal López.
El capitán Juan de Salazar de Espinoza de los Monteros, oriundo de Burgos, España, fue un hombre de cultura.
El fundador de Asunción hizo el viaje a América trayendo como único equipaje su biblioteca, consistente en un estante con libros, que fue la primera de estas tierras.
Cuando falleció, el 11 de febrero de 1560, la biblioteca seguía como el único bien patrimonial que dejó a sus herederos.
Más datos sobre su vida
Nació en 1508. Formó parte de la expedición del primer Adelantado del Río de la Plata, Don Pedro de Mendoza.
Tenía el título de “Caballero”, otorgado por un príncipe portugués al que sirvió y el de Comendador de la Orden de Santiago.
A los 27 años, se largó a la aventura del viaje a América.
El destino quiso que, ante la ausencia del capitán Juan de Ayolas y del capitán Domingo Martínez de Irala, se decidiera que sería él quien fundara el fuerte, el 15 de agosto de 1537.
Como todos los europeos que participaron de la conquista, tuvo una pareja guaraní, la hija del cacique Cupyraty, quien tenía su tava en el actual parque Carlos Antonio López y abarcaba hasta los cerros de Tacumbú.
No se quedó en Asunción. Volvió a Buenos Aires para informar de lo actuado, sin saber de la muerte de Don Pedro de Mendoza.
Dejó a cargo del fuerte al capitán Gonzalo de Mendoza y como rehenes llevó a dos de los hijos del cacique Cupyraty, prometiendo regresar en seis meses.
Construyó su casa a orillas del río Paraguay, en Tacumbú.
Para asegurar poder y garantizar seguridad, utilizó una artimaña. Dio su nombre, capitán Juan de Salazar, al cacique Cupyraty. Lo mismo se decidió con el cacique Caracará, a quien se llamó Pedro de Mendoza.
Tuvo tres hijos: Hipólito en 1541, Agustín en 1543 y Juan de Salazar en 1545. Todos llevaron el apellido Salazar.
Cuando se produjo la primera conspiración política de Asunción y el gobernador Alvar Núñez Cabeza de Vaca fue devuelto a España, en marzo de 1545, el capitán Juan de Salazar fue apresado por haberlo apoyado y también exilado a España.
Retornó en 1547, a los 39 años, nombrado tesorero del Rey en las nuevas tierras conquistadas.
Acompañó la expedición de los Sanabria – Calderón y llegó a Asunción con doña Mencia Calderón viuda de Sanabria. Durante el viaje, se casó con una de las viudas, Isabel viuda de Contreras, en 1553.
A pesar de no concordar con los “Iralistas”, mantuvo buenas relaciones con el gobernador Domingo Martínez de Irala, quien lo respetaba como fundador de Asunción.
Falleció el 11 de febrero de 1560, a los 51 años.
En su testamento pidió ser enterrado en la Catedral de Asunción y dejó como únicos bienes los libros de su biblioteca, a su esposa Isabel y a sus tres hijos, habidos con mujeres guaraníes. También solicitó que se les diera buen trato a sus vástagos y a sus madres nativas.
Con Isabel no tuvo descendencia.
Años después, el tercero de sus hijos, Juan de Salazar, reclamó su filiación ante la justicia de Buenos Aires, gobernada por Juan de Garay.
Sus testigos afirmaron que el capitán Juan de Salazar le llamaba “hijo” y que él le trataba de “padre”.
El capitán Juan de Salazar quedó en la historia como el fundador de Asunción y hombre de gran cultura.
Del exilio en España, volvió a la ciudad que fundó y de la cual quedó enamorado.