Dos de las casas donde habitó Madame Elisa Lynch, forman parte de los tesoros patrimoniales de Asunción

Prosiguiendo con la entrega de la serie sobre edificios históricos, que constituyen joyas y tesoros que aún posee Asunción, elaborada por la señora Evanhy de Gallegos, esta vez se darán detalles sobre dos edificaciones que albergaron a Madame Elisa Lynch.

Los edificios patrimoniales donde vivió y que la recuerdan son la ex Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNA y el Gran Hotel del Paraguay.

Felizmente ambos están en pie en la ciudad de Asunción, catalogados y protegidos por la Comuna Capitalina y el Estado Paraguayo y son la mejor muestra de la identidad de una época del Paraguay.

En las dos propiedades dejó su sello de mujer de mundo y de guerra, en el momento más terrible de la historia del Paraguay.

Todo empezó cuando el 4 de marzo de 1855, desembarcó en el puerto de Asunción, Elisa Alicia Lynch, con un hijo del general Francisco Solano López Carrillo en sus brazos.                                                                                                                                                                                                              

Del puerto, fue llevada a una casa alquilada por el general López en Independencia Nacional y De la Justicia, actual General Díaz.

Era de un solo piso, de ventanas altas, y estaba atendida por Tomasa Godoy de Franco, a su servicio.

Su pareja, el hijo del presidente de la República, la llevó después a la casa de la calle Salinares (Perú), entre La Asunción (Mariscal López), Recoleta (España) y fondo sobre San Miguel, la actual General Santos.

La hermosa casa quinta del general López, ocupaba nada menos que desde las actuales avenidas España hasta Mariscal López y desde Perú hasta General Santos, era un vergel de árboles en las afueras de Asunción.

La historiadora Margarita Durán Estragó aporta detalles sobre esta propiedad en “Asunción en Planos (1869 – 1876) de Robert A. Chodasiewiecz”. 

Dice que después de la guerra del 70, los límites de la primera casa del Mariscal y Elisa lindaban con las propiedades de Pablo Ramella, Dolores Báez y Francisca Conde.

La casa había sido cedida por el término de seis años a Francisco Lino Cabriza, en fecha 28 de julio de 1873, y el comprador tendría derecho de cobrar cincuenta pesos fuertes por año, después de expirar el plazo que vencía el 28 de julio de 1880.

Dice la historiadora investigadora Durán Estragó: Según el informe de Chodasiewiecz, la casa principal y la media agua contenían 58 horcones de diferentes dimensiones, “pared francesa de palo a pique y barro”, diez puertas y ocho ventanas con rejas de hierro y postigos; el piso de material cocido; techo de palmas, cañas y tejas del país; cuatro cielos rasos en mal estado. Los cuartos del costado de la casa tenían paredes de adobe con ladrillos parados, las interiores de puro adobe. También fueron tasados los horcones, ventanas, puertas, vigas, tirantillos, cimientos, un galpón de dos aguas.  La casa medía 30 has. cinco áreas, 42 centiáreas y 40 cm2. Todo ello en 12.627,87 pesos fuertes.

En remate público fue adjudicada al general Germán Serrano por la suma de 14.000 pesos fuertes.

En 1873, en un tramo de la historia, el doctor Silvio Andreuzzi, miembro de la Misión Técnica Italiana, construyó en el predio un teatro de verano, la primera pista de patinaje del país y algunas instalaciones campestres.  Le denominó Cancha Sociedad.

En esa casa, lejos de la mirada de la familia presidencial, el general y la irlandesa fueron padres de Corine Adelaide quien nació el 6 de agosto de 1856.

La niña falleció el 14 de febrero de 1857.  Le fue diagnosticada infección intestinal.  Y por más que recibió atención médica con los insumos sanitarios de ese tiempo, no pudo salvar la vida.

El apellido López no figura en el mármol de su tumba: Corine Adelaide Lynch murió como hija de madre soltera.

La vivienda en De La Residenta y Padre Pucheu es el Gran Hotel del Paraguay. El bien patrimonial ha sido registrado por la Ordenanza 151/00.

En el salón Madame Lynch del Hotel del Paraguay se conservan los frescos del techo y paredes.

La casa era confortable, rodeada de jardines, a la vera de un bosque. Había sido la residencia del último gobernador del Paraguay Bernardo de Velasco.

Cuando murió Corine, Elisa consideró que el general debía dar mejores muestras de su amor y le exigió vivir en el centro.  

Consideraba que Corine falleció por no contar con suficiente auxilio médico.

En el actual Gran Hotel del Paraguay, en el salón Madame Lynch, aún se conservan los frescos que adornan el techo y se constituyen en una de las joyas del hotel.

El 24 de julio de 1860, fecha de cumpleaños del Mariscal Francisco Solano López, allí se entonó por primera vez el Himno Nacional del Paraguay, según relatos de la historiadora Concepción Leyes de Chávez. 

Ese año de 1860, el general López ordenó la construcción de la casa que exigió Elisa Lynch en el centro de Asunción.

La propiedad fue comprada en subasta pública en la manzana libre de las actuales Mariscal Estigarribia y Eligio Ayala, entre Yegros e Iturbe.

Es de tipología en L, construida por el arquitecto Alejandro Ravizza.

El edificio, propiedad del Estado, de uso habitacional, pasó a convertirse en Hospital de sangre de los ocupantes brasileros en 1869. 

Integra el catálogo de edificios y sitios de Valor Patrimonial, por Ordenanza 35/96.

Originalmente ocupaba toda la manzana hasta la calle Eligio Ayala. En su intersección con la calle Yegros, se hallaba el bloque principal de dos plantas y sobre la calle Mariscal Estigarribia, entonces calle de La Fábrica de Balas, se ubicó el bloque para recepciones, las dependencias secundarias y caballerizas.

Ambos bloques se integraban mediante un patio interior y exquisito jardín.

Elisa Alicia Lynch realizaba con asiduidad almuerzos, cenas y tertulias, llegando a convertirse en un punto de encuentro de diplomáticos, gente del arte y las letras de la época.

En esa casa impuso modas de vestidos, danzas, música, platos culinarios europeos, amor a los jardines y hasta se bailó el London, que dio origen al London carape.

Luego de la ocupación de Asunción en 1869, la casa fue depredada.

Al pasar al Estado paraguayo, fue desmembrada, quedando un sector cubierto sobre Eligio Ayala, destinado al actual Colegio Nacional Asunción Escalada (ex Nacional de Niñas) y el sector de Mariscal Estigarribia fue ocupado, a principios del siglo XX, por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, siendo también sede del Rectorado de la Universidad Nacional de Asunción, hasta que se trasladó al edificio de la avenida España y Padre Cardozo.

En el año 1957, también albergó la Facultad de Arquitectura, creada ese año, y funcionó hasta marzo de 1958, fecha en que se trasladó a otro local, quedando para uso exclusivo de la Facultad de Derecho.

Con el tiempo se fueron agregando otras edificaciones, como el Archivo Nacional y Museo Nacional de Bellas Artes.

A mediados de 1998, la Facultad de Derecho se trasladó a su nueva sede del barrio Santísima Trinidad, quedando solo el curso de ingreso funcionando en el local.  Por sus aulas pasaron generaciones de estudiantes.

Es muy conocida la anécdota del doctor Cecilio Báez, quien haciendo uso de la ironía, llegó a decir una frase crítica sobre la formación intelectual de los estudiantes de Derecho que allí acudían.

Dijo: “Por las puertas donde antes salía la caballeriza de Elisa Lynch, hoy día salen los burros de Derecho”.

De esta casa, Madame Elisa Lynch se trasladó a Paso Pucú, desde donde acompañó la suerte de su familia y las desgracias que supo enfrentar con valentía y que marcaron su vida hasta el 1 de marzo de 1870, en Cerro Corá.  

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