El edificio de La Industrial Paraguaya, en el centro de Asunción, recuerda a los “mensú” de nuestra historia, que malgastaron su vida en los yerbales

La Municipalidad de Asunción, ha incluido la importante construcción de La Industrial Paraguaya en el catálogo de Edificios y Sitios de valor patrimonial por la ordenanza 35/1996.

La Industrial Paraguaya ubicada en El Paraguayo Independiente 938 casi Montevideo, fue la mayor empresa económica fundada en la postguerra del 70, al amparo de leyes especiales de venta de las tierras públicas en 1883 y los yerbales fiscales, el 9 de junio de 1885.

Se tomó la decisión para expandir la economía nacional que desde la Colonia Española se apoyó en la producción yerbatera.

Siendo presidente de la Industrial Paraguaya Emiliano Coria, en 1886  se construyó el imponente edificio que se conserva en Asunción, encargado al arquitecto italiano Carlos Pozzi, quién siguió la corriente ecléctica en boga en Europa, para la sede de las oficinas centrales y depósitos.

Posee un patio central que da a dos niveles, abierto hacia el río, entonces principal vía de comunicación.

El negocio de la yerba y de las tierras públicas asoció a los hombres más acaudalados de entonces.

Ricardo Caballero Aquino en: “La Segunda República Paraguaya” dice que la venta de tierras y yerbales “solo puede compararse con la legendaria fiebre del oro de California de 1849”

Tanto los extranjeros, como los paraguayos enriquecidos por efecto de la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay, todos participaron convirtiéndose el negocio de la yerba en la principal actividad económica del país.

La Industrial Paraguaya llegó a poseer más de la mitad de los yerbales naturales del país. Era una empresa gigante que llegó a emplear a 40.000 trabajadores y que duró cien años hasta 1987.

Así como  Asunción posee casonas patrimoniales de los empresarios adinerados del auge del negocio, como antítesis también se tiene la memoria histórica del trabajador “mensú”.

El escritor español Rafael Barrett, quien llegó al Paraguay en 1904, como corresponsal del diario de Bs. As El Tiempo, para informar sobre la revolución liberal y que se estableció en el país… escribió sobre la esclavitud de los peones mensú en los yerbales.

Entre otros artículos de prensa destacamos el que bajo el título  “Degeneración” escribió:

“Escudriñad bajo la selva. Descubriréis un fardo que camina. Mirad bajo el fardo. Descubriréis una criatura agobiada en que se van borrando los rasgos de su especie. Aquello ya no es un hombre, es todavía un peón yerbatero”.

Los mensú cargaban en su espalda hasta 300 kilos de yerba. La media era de 240 kilos.

El término mensú fue acuñado para nombrar a los peones por su cobro mensual que realmente no existía.

Mediante un mecanismo engañoso, se les anticipaba una suma de dinero y se firmaba un contrato, por el cual el mensú nunca terminaba de pagar ese adelanto de dinero por la comida que era apenas un plato de reviro (grasa o sebo con harina) y la ropa que se destrozaba en la selva.

Prácticamente eran esclavos.

Rigoberto Fontao Meza hizo la letra y José Asunción Flores de la guarania Ka aty, evocativa  del yerbal y el trabajo desalmado contra los peones.

 Augusto Roa Bastos ha contado sobre la esclavitud de los mensú en la película “El Trueno entre las Hojas”.

Mauricio Cardozo Ocampo en Yo soy Purahei dice: “Yo soy la triste y doliente queja de los yerbales sin fin”.

La vida e historia de los mensú dejó vestigios muy profundos de una cultura de la yerba, sistema de vida compartido por peones de Argentina, Brasil y Paraguay.

El edificio de La Industrial Paraguaya, perteneciente al Ministerio de Hacienda y de la Dirección General de Aduanas, es un patrimonio de nuestra ciudad así como algunas de las casonas de los empresarios pudientes de entonces, que nos dejaron una avenida Mariscal López con decenas de casas, producto del negocio de la yerba mate, que hoy son importante patrimonio histórico de fines del año 1800 y comienzos del 1900.

La Municipalidad de Asunción los ha catalogado para que se conserven como símbolo de una época difícil del Paraguay, la de la postguerra del 70.

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