La Escuela Artigas, ubicada en el Jardín Botánico y Zoológico de Asunción, cumple 100 años
Continuando con la serie sobre edificios históricos, que constituyen joyas y tesoros que aún posee Asunción, elaborada por la señora Evanhy de Gallegos, se destaca la Escuela José Gervasio Artigas, ubicada en la entrada del Jardín Botánico y Zoológico de Asunción (JBZA).
Se trata de una institución educativa oficial uruguaya que, este mes de abril, cumple cien años y lleva el nombre de este gran héroe de Uruguay, quien vivió sus últimos cinco años de existencia en ese espacio capitalino, conocido como Solar Artigas.
La casa original ya no existe, en su lugar fue construida la escuela actual, que la Municipalidad de Asunción ha catalogado como bien patrimonial por la Ordenanza N°35/96.
La historia de Artigas, del solar y de la escuela
La historia cuenta que el presidente de la República, don Carlos Antonio López, había invitado, en 1845, al general Artigas a residir en el actual Jardín Botánico y Zoológico de Asunción, que entonces era su quinta.
El general Artigas vivía en Curuguaty desde 1820, asilado por el doctor José Gaspar Rodríguez de Francia.
En Trinidad fue respetado y apreciado por todos, mientras la vejez le apagó su vida.
El 23 de setiembre de 1850 fue sepultado en el Cementerio de La Recoleta de la capital. Por casi tres décadas había vivido en paz en el Paraguay.
Años antes, en 1846, José María Artigas Villagrán, el hijo habido con su primera esposa Rosalía Rafaela Josefa Villagrán, vino a Asunción para regresarlo a Montevideo.
Sin casi vida familiar con su hijo, el general Artigas se negó a volver a la capital uruguaya.
Su esposa Rosalía Rafaela Villagrán había fallecido el 11 de febrero de 1824, cuatro años después de su asilo en el Paraguay.
El joven hijo volvió al Uruguay, falleciendo un año más tarde.
Nueve años después del fallecimiento del general Artigas, en 1859, María Villagrán de Pereira, una hermana de la fallecida esposa del prócer uruguayo, madre del presidente de la República Oriental del Uruguay don Gabriel Antonio Pereira, influyó para hacer un gran homenaje a José Gervasio Artigas cuando sus restos mortales fueron trasladados a Montevideo, específicamente al panteón familiar del presidente Pereira.
Actualmente los restos del general José Gervasio Artigas se encuentran en el mausoleo de la Plaza Independencia de Montevideo.
La Escuela Artigas se construyó en su homenaje
Casi medio siglo después, el 21 de agosto de 1903, el Senado y la Cámara de Diputados del Paraguay, reunidos en Congreso, sancionaron con fuerza de ley la donación al gobierno de la República Oriental del Uruguay de una extensión de diez mil metros cuadrados del terreno de propiedad fiscal, en donde existía la casa donde vivió y murió don José Gervasio Artigas, impulsor de la Independencia Uruguaya.
Las dimensiones del Solar fueron variando con el tiempo, llegando a 30.000 metros cuadrados, transferidos a título gratuito a favor de la República Oriental del Uruguay.
Cuando se produjo la donación del Solar, dos legisladores uruguayos pensaron que una escuela sería el mejor monumento erigido a la memoria de Artigas.
En febrero de 1913, los diputados uruguayos Baltasar Brun y Héctor Miranda presentaron el proyecto de ley para la creación de un colegio público gratuito de primera enseñanza, para alumnos de ambos sexos.
Decían que la escuela prolongaría el nombre del héroe porque Artigas fundaba escuelas en sus campamentos
En mayo de 1913 vino al Paraguay una delegación para tomar posesión del Solar de Artigas.
El 8 de julio de 1918, el poder ejecutivo de la República Oriental del Uruguay promulgó, por decreto de ley, la construcción de la Escuela Artigas en el Paraguay y la renta para construirla.
El edificio comenzó a construirse en 1918. La palada inicial se realizó junto al árbol de yvyra pyta, por considerarlo el lugar más próximo a la que fuera vivienda de Artigas.
Hace cien años se inauguró la Escuela Artigas
En 1923 la profesora Esperanza Viscay de Ugalde, primera directora, vino a supervisar los trabajos.
La escuela estuvo terminada el 28 de abril de 1924, hace cien años, y se iniciaron las clases.
La institución tiene carácter de escuela oficial uruguaya, depende del Consejo de Enseñanza Primaria del Uruguay, supervisada por las autoridades correspondientes de la República de Paraguay.
Esperanza Viscay de Ugalde, la primera directora, vivió en Asunción con su esposo, don Paulino Ugalde, uruguayo, y su sobrinito de ocho años Alfredo Irigaray Ugalde.
María Antonia Ortellado de Fossati, quien fue docente en la Escuela Artigas en esos primeros tiempos, escribió el libro: Mujeres de América, donde se relata la historia de la Escuela.
En el libro cuenta que Esperanza de Ugalde debió volver a Montevideo por el fallecimiento de su esposo y, en 1926, fue enviada a Londres para estudiar la organización de las escuelas vocacionales en Europa.
En Londres conoció al ingeniero paraguayo Rafael Fuller, nacido en Pilar, ex profesor de la escuela militar, quien se encontraba allá con algunos familiares, con quien contrajo matrimonio.
Con su esposo paraguayo, la señora de Fuller regresó a la escuela en 1928.
Su hijita Alice, nació en la Escuela Artigas.
Años después regresó al Uruguay a jubilarse.
En abril de 1960 volvió al Paraguay para un Congreso de Asociaciones Cristianas, celebrado en San Bernardino, con su hija Alice Fuller, profesora de idiomas.
Volvió a venir al Paraguay en 1974.
Al cumplirse los cien años de la Escuela José Gervasio Artigas, una delegación de jinetes uruguayos se encuentra realizando el recorrido a caballo, desde Montevideo, por la ruta de 1375 kilómetros, cuyo destino final es la ciudad de Asunción, como tributo al general José Gervasio Artigas, quien murió asilado en el Paraguay.
La Municipalidad de Asunción ha catalogado la escuela construida en el Solar que lleva su nombre, por ser un valioso patrimonio, uno de los tesoros de la ciudad capital.